Mi primera vez saliendo como chica (anécdota)

Madrid Crossdressing Police

Bienvenidas amantes de los “So kate” a una nueva anécdota de Violett en la cual esta vez, espero que sea más corta que otras que haya escrito pero igual de divertida.

En esta ocasión me gustaría contaros como fue la primera vez que me atreví a salir a la calle como chica hace 7 años (por aquel entonces debería de tener unos 23 años) y la anécdota que no se me olvidará jamás en la vida.

Estuve pensando durante mucho tiempo que necesitaba vivir la experiencia de salir a la calle vestida de chica, queriendo pasar totalmente desapercibida como una más y vivir la sensación de adrenalina que la primera vez emerge en tu interior. Pero como al igual que la mayoría de las experiencias que me han contado de primeras veces, yo tenía mucho miedo de ser reconocible en mi antiguo barrio y me costaba dar ese paso.

Reflexionando con el paso de los años, he llegado a la conclusión de que la esencia misma del miedo radica en lo desconocido, en la incertidumbre que yace más allá de nuestros límites autoimpuestos. Nos susurra al oído con inseguridades y cultivando la ansiedad que nos paraliza. El miedo nos convierte en prisioneros de nuestras propias aprehensiones, encerrándonos en una jaula donde los sueños se desvanecen. Es por esto por lo que superar la primera barrera es esencial para darse cuenta de que con un mínimo de buena estética femenina y valentía, a la gente y a la sociedad le importas una mierda y puedes pasar por chica perfectamente sin que nadie te mire, ni te juzgue. Obviamente que esto me lo ha dado la experiencia, pero las primeras veces debes sacar una valentía y una seguridad en ti misma elevada para dar el paso.

Después de ponernos filosóficas, en mi mente ya lo tenía idealizado, incluso tenía programada la ruta que iba a salir para sentirme cómoda (como si eligiendo un camino que me conociese como la palma de mi mano, fuese hacer que saliese más tranquila). Evidentemente me equivocaba.

Por aquel entonces mi apariencia femenina no era refinada, no estaba pulida y viendo ahora fotos de aquel entonces me pregunto ¿Cómo pude salir a la calle con esa ropa, ese maquillaje y esos tacones? La verdad es que ver la evolución que has tenido con el paso del tiempo, te llena de confort y de amor propio, ya que también es importante darte valor y apreciar la valentía que una tuvo para que a día de hoy pueda ejercer mi libertad con seguridad.

Me acuerdo que ese día me levanté por la mañana decidido pero nervioso, y le comenté a mi novia que iba a dar el paso. Mi chica en ese momento no lo veía del todo claro, pero me apoyó totalmente y me animó a que probase la experiencia.

Casualmente no me acuerdo con exactitud el motivo, pero recuerdo que el viernes no tenía facultad, y entonces lo vi claro en mi mente: era el momento de salir el jueves por la noche por zona Retiro. Evidentemente el flujo de personas un jueves a las 00:00 iba a ser muy limitado y eso me beneficiaba. Poco a poco se iban despejando las dudas que podía tener.

Decidi usar el único look que tenia por aquel entonces, un vestido de la firma “Blanco” de color negro, con falda de vuelo de un tejido que guardaba similitudes al neopreno pero mas transpirable, el cual le regale a mi chica al poco tiempo de empezar a salir con ella  y que al final, lo acabe usando yo mas que ella.

Asique, decidí utilizar unas medias transparentes después de haberme depilado las piernas para no parecer un Wookie del planeta Kashyyyk, una peluca de color marron clarito con el pelo largo que no me quedaba mal pero que tenia una calidad baja, unos pendientes de pinza, un bolso pequeño oscuro y un maquillaje bastante dudoso, que al menos cubria las zonas de la barba y me disimulaba minimamente las facciones masculinas. De hecho, no me acuerdo ni siquiera si llevaba sombra de ojos, supongo que sí me debí de hacer algo muy básico (por supuesto que ni hablamos ya de eyeliner).

El premio gordo fue que decidi usar mis tacones de tipo “peep toe ankle strap” negros, de suela roja, tacon de 16cm, plataforma de 4cm y cruzados por el empeine del pie, una absoluta fantasia pero que evidentemente no jugaban a mi favor.

crossdressing retiro park madrid

Pero sé lo que estáis pensando, es una locura viéndolo en retrospectiva, ya que eso choca frontalmente con la idea de “pasar desapercibida” pero por aquel entonces, era joven  y poco consciente a la hora de tomar este tipo de decisiones. Se puede decir que me deje llevar por mis sueños, por la idea idílica de atreverme y por el morbo de experimentar sensaciones diferentes.

Baje por las escaleras de mi bloque muy asustado, emparanoiado con la idea de que algún vecino me reconociese o saliese a tirar la basura. Asique baje rápidamente las escaleras como pude con esos increíbles tacones y salí por la puerta. Recuerdo que hacía mucho viento (enemigo natural de nosotras) y que las hojas de los árboles caían y se movían bruscamente.

Salí del portal y para mi tranquilidad, no había nadie por la calle por lo que pude llegar a la vía principal de Retiro sin problema alguno después de algunos minutos andando y cruzando calles con la espalda erguida estilo “top model” y con una sensación de ser imparable. Fue maravilloso, repleto de adrenalina y al mismo tiempo miedo, pero que me hizo sentirme viva.

Cuando cruzaba por las calles principales vacías, sólo había taxis y los taxistas se me quedaban mirando dentro de sus coches. Esto me generaba mucha incomodidad y desconfianza pero viéndolo en retrospectiva no me extrañaba en absoluto sus miradas, ya que esa vestimenta era bastante llamativa para ir un jueves por la calle.

Aunque en la actualidad, si me pasase lo mismo me molestaría bastante, entiendo perfectamente la reacción desafortunada de los taxistas y he decir que si tuviese que tomar la misma decisión con la experiencia que ya tengo, hubiese cambiado varias cosas que me hubieran suavizado mucho más el look, decrementando la sensación de exposición.

Así que aquí viene la anécdota, cuando paseaba por la acera pegada a la verja del Retiro, un coche de la policía local de Madrid pasó de largo haciendo patrulla. Entonces yo seguí mi camino sin preocuparme, ya que mi intención era dar media vuelta por el barrio de al lado para volver a mi casa al poco rato.

Es aquí cuando sigo caminando unos pocos metros y veo que viene el coche de policía de nuevo (había dado la vuelta al barrio), pero esta vez a una velocidad muy reducida. Además, me doy cuenta que tienen las ventanillas bajadas, y que la pareja de policías me mira fijamente por la ventanilla más cercana a mi y me acompaña con el coche unos cuantos metros mirándome fijamente ambos policías.

En ese momento yo estaba en shock, y no sabia que hacer, así que decidí mirar hacia delante como si no me estuviesen siguiendo anonadados. Seguramente estaban debatiendo si yo era un chico o algo peor aún. La sensación de incomodidad que me generaron fue tremenda, y cada vez que lo recuerdo se me ponen los pelos de punta. Después de 2 o 3 minutos a cámara lenta a mi lado, se debieron de dar cuenta de que era una persona como cualquier otra y simplemente un chaval vestido de chica, así que subieron las ventanillas y se esfumaron acelerando. Esos dos 2 o 3 minutos fueron para mí como media hora, notaba como se me aceleraron las pulsaciones del corazón como si mi instinto detectase peligro. En ese momento mi mente solo pensaba: por favor no me habléis, no me pregunteis y no me hagáis pasarlo peor.

Automáticamente ese episodio me cortó el rollo, ya que me hizo emparanoiarme mucho más con todo en general y acentuó la sensación de que todo el mundo me miraba por la calle, se reía de mí o algo similar. Por ende, decidí volver a casa porque no me sentía cómoda y no sabía muy bien que había pasado. Me acuerdo que acorte por el barrio de Ibiza y seguí mi camino a casa.

En ese momento aprendí una buena lección y es que si tienes posibilidad, lleva unos zapatos planos por lo que pueda pasar ya que la vuelta se me hizo eterna y una cosa es que tengas mucho manejo andando en tu casa con tacones altos a caminar 1h y media con tacones de 16 cm con nerviosismo e inseguridad. Pero no os preocupéis, tarde años en aceptar esa conclusión aunque fuese consciente ese mismo día. Es lo que tiene salir a la calle y experimentar la sensación de libertad siempre y cuando puedas hacerlo.

Quizás muchas personas habiendo tenido una primera experiencia tan amarga como la que tuve yo, se hubiesen echado hacia atrás o hubiesen cogido miedo a salir a la calle, pero yo decidí ser valiente y seguir intentándolo, ya que en líneas generales, me sentí bien conmigo misma, sabiendo que me había superado y había sido capaz de romper ciertas barreras mentales de muchos años.

Esa primera vez abrió las puertas a un nuevo mundo para mi,  el cual tenía claro que quería conocer, sentir y experimentar de la forma más sana posible, intentando apoyar en mi pareja, pasando desapercibida pero disfrutando de mi feminidad siempre como una reina del glam.

Siéntete libre de ser quien eres – crossdresser.es (18/01/24) – Violett

Share the Post:

Related Posts

Scroll al inicio